¿Alguna vez has sentido que las marcas más exitosas te “hablan al oído”? Como si entendieran exactamente lo que necesitas, lo que sientes, ¡y hasta lo que sueñas! Bueno, eso no es magia, es storytelling, y sí, puede hacer que tus campañas pasen de “meh” a “¡wow!”.
Ahora, ojo: no se trata solo de juntar palabras bonitas. Se trata de vender emociones, sueños, soluciones. Es convertir a tu marca en la heroína de tu propia película… ¡o en la que ayuda a tu cliente a ser el héroe!
¿Qué es eso del “Viaje del Héroe”?
Te lo cuento fácil: Joseph Campbell, un crack en esto de los mitos, escribió un libro llamado “El héroe de las mil caras“, donde desmenuza la fórmula de casi todas las historias épicas:
- Hay un héroe (spoiler: tu cliente).
- Tiene un problema o un reto (ahí entras tú).
- Aparece alguien que le ayuda a superarlo (¡sí, tu marca!).
- El héroe se enfrenta al desafío, lo supera y, al final, se transforma.
Piensa en Luke Skywalker, Harry Potter, o incluso en la vecina que no sabía qué usar para su piel seca hasta que encontró esa crema milagrosa. Es el mismo patrón. Si lo aplicas en tu marketing, ¡boom! Conexión directa al corazón de tu audiencia.
Pero no te pongas solemne, sé real
Aquí es donde entra Stephen King, el maestro de los sustos (y de la escritura). En su libro “Mientras escribo“, dice que una historia debe ser auténtica. Nada de exagerar o tratar de sonar perfecto. Habla como si estuvieras charlando con un amigo.
Por ejemplo, si vendes productos de bienestar, no digas:
“Nuestros suplementos son los mejores del mercado para optimizar tu calidad de vida”.
Mejor:
“Sabemos que te levantas cansado y que lo último que necesitas es una pastilla más. Por eso creamos algo que te dé energía sin complicaciones.”
¡Sientes la diferencia, no?
Los 5 pilares del storytelling épico (según Eric Mercier)
Para clavarla en el arte de contar historias que venden, recuerda estos cinco elementos:
- Personas (People): Siempre hay un protagonista, y no, no eres tú, es tu cliente. Ponte en sus zapatos y haz que sienta que tu historia es su historia.
- Lugares (Places): No subestimes el poder del escenario. Describe momentos y lugares que sean fáciles de imaginar: “Tu primer café del día, esa bocanada de aire fresco en la montaña…” ¡Transporta a tu audiencia!
- Imágenes (Pictures): Aquí no hay excusas. Una imagen vale más que mil palabras. Y un video… ¡mejor ni te cuento! Haz que cada elemento visual refuerce tu mensaje.
- Plataformas (Platforms): No es lo mismo hablarle a alguien en Instagram que en LinkedIn. Adapta tu historia al canal donde se encuentra tu audiencia.
- Personal (Personal): Sé humano, genuino. Tus clientes no quieren hablar con un robot (a menos que sea muy simpático). Habla desde tu experiencia, muestra empatía.
Entonces, ¿qué sigue?
¡A ponerlo en práctica! Empieza por pensar:
- ¿Quién es el héroe de tu historia?
- ¿Qué problemas está enfrentando?
- ¿Cómo puede tu marca ser esa guía que lo lleva al éxito?
Y recuerda: no necesitas ser Shakespeare ni Spielberg. Solo necesitas ser tú y conectar con tu audiencia como lo harías con un buen amigo. Las historias que venden no son las más complicadas, sino las más humanas.
Ahora, ¡aplica esto a tu contenido y sitio web! 😉