Querido lector, si estás aquí, es porque seguro aprender a escribir correctamente es una de tus necesidades actuales, quizás estás harto de cometer siempre los mismos errores estructurales, gramaticales y de crear textos sin sentido y dirección, pero, ¿te has preguntado el por qué te ocurre esto? ¿Estás escaso de vocabulario? ¿Sabes perfectamente qué es lo que deseas comunicar? ¿Cuántas veces al día prácticas tu escritura? O bien, te pasa lo que a muchos nos ha pasado: Tienes ideas increíbles en tu cabeza, pero al momento de plasmarlo en una superficie, no suena igual de alucinante de lo que habías pensado.
Veamos. Sentir, pensar, hablar y escribir son verbos conectados entre sí al momento de ponerlos en práctica, sin embargo, la complejidad radica en que son aislados en su comportamiento y que no podemos expresar uno sin el otro, pero no más de uno con el otro al mismo tiempo o no hacer uso de todos, esto debido a que nuestro cerebro humano necesita mínimo un segundo para ser reactivo a uno de estos verbos.
Por ejemplo: Imagina a Mario Benedetti escribiendo uno de mis poemas favoritos “Táctica y estrategia”, en este poema va enumerando sus tácticas y pretensiones para poder ser amado y necesitado por la enamorada a la que le escribía, pero, ¿crees que sentía, pensaba, hablaba y escribía al mismo tiempo? ¡Por supuesto que no! Él primero sintió algo electrizante que después lo hizo pensar en las palabras adecuadas para comunicar un mensaje y que posteriormente lo hizo escribir esta estrofa:
mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo
ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos
Entendido lo anterior, sabemos que podemos hacer uso de verbos que son herramientas para mejorar nuestra comunicación y por ende nuestra escritura misma.
Para esto, hay 3 grandes pasos para escribir un buen texto y créeme que, si los sigues correctamente, no hay razón para que tus textos sean tan horribles como el hijo de tu vecina que acaba de nacer. Toma nota. ✍🏻
Selección del género y tema
Para hacer la selección adecuada del género y tema, piensa en lo que dice la gran Leila Guerriero “Ten algo que decir”, si nosotros estamos claros en qué es lo que queremos comunicar, más fácil nos será tejer todo nuestro contenido.
Con la selección del tema, obtenemos:
- Dirección: Comienza haciéndote las siguientes dos preguntas ¡¿Qué quiero escribir?! ¿Qué espero de esto? Todos los temas son infinitos, podemos textear tanto como nuestra imaginación y la información nos lo permita, por ello, no te hagas líos, piensa en la finalidad de hablar de ese tema y dale dirección.
- Conocimiento: Es de no arrogantes aceptar que no lo sabemos todo, por ello, sé honesto con tu porcentaje de conocimiento sobre el tema que deseas tratar y lo que no sepas, ¡investiga! No seas un looser que escribe solo porque puede. Escribir conlleva siempre una gran responsabilidad.
- Afinidad: Es importante que sepas que por mucho que te interese el tema y desarrolles una gran afinidad hacia él, todos los temas están plasmados de diversos matices y existe la posibilidad de que seas mucho más afín y crees proximidad incluso con otros conocedores y/o expertos o bien, lo odies. Pero es parte dé. No te preocupes.
Recuerda que cada formato tiene sus propias características y que con tu estilo y personalidad puedes lograrlo. Un texto es un escrito que se tiene que tejer y un tejido es un cuerpo que tiene una extensión.
Investigación
Esta parte es mi favorita, siempre dale un valor agregado a tus textos. En el mundo actual existe un abismo de información, no toda es verdad y no toda es mentira, consulta datos duros, fuentes fidedignas, expertos en el tema y si tú eres el experto mismo, enriquece tu investigación con lo más complejo que leerás hoy: Algo que no se haya dicho antes.
Para esto, considera que los textos permanecen y que tu firma en cada uno de ellos puede ser un ascenso o una sepultura a una mentira que hayas mencionado, por eso cerciórate y obtén una postura sobre la información que compartas. La información no debe tomarse a la ligera.
Eso sí, no estás para satisfacer a nadie, el objetivo principal es la comunicación de un tema, más no el hacer felices a tus seguidores.
Escritura
Escribir es un verbo transitivo que consiste en el trazo de signos que representan ideas, palabras, grafías, números o enunciados donde un ente da vida y significado a lo que está decidido a expresar.
La escritura es un recurso que nos recuerda que nuestra voz e ideas son únicos y que por ende, ¡las ideas no se plagian mientras no estén escritas! Moralmente sí, pero en este mundo donde todos dicen lo mismo, hacer la diferencia es un gran acto revolucionario.
Comienza estructurando mentalmente tu información, visualiza tus párrafos, los vocablos idóneos, ten presente que las palabras tienen sonido y no olvides el objetivo de escribir ese contenido.
Al momento de escribir desarrollarás:
- Postura: No seas tibio con lo que deseas comunicar, tu postura es el eje central que le da estatus a un contenido, validez a lo que hablas y estilo a la estructura editorial que estás realizando.
- Creatividad: Sé tú. A diferencia de lo que muchos dicen, la creatividad es parte de nuestra personalidad, la vamos desarrollando con diversos estímulos que comienzan desde que seleccionamos el género y tema e investigamos. La creatividad es la sazón de la escritura para manifestar nuestras ideas, conocimientos y posturas.
- Sentimiento: Los más grandes escritores han combinado los 4 verbos que mencionamos al inicio –sentir, pensar, hablar, escribir- con sentimientos ante una determinada emoción, ya sea enojo, tristeza, emoción, felicidad, hartazgo, etc; dándole un sentido a cada uno de sus textos.
Para finalizar, ten presente que estos 3 grandes pasos son determinantes pues materializan un arduo trabajo. Escribir es un acto de fe que desea inmortalizar letras con un significado plasmado dentro del mismo texto. Disfruta cada que lo hagas.